".... Nuestro cerebro no lo hemos hecho explorar al máximo, quien escribe tuvo más de cincuenta años haciendo Neurociencia de una forma inconsciente, ésta no es saber su estructura física sino hacer explorar al máximo nuestro cerebro...." (Prof. Diógenes García)
Toda la materia del Universo reconocido por el hombre, sigue un orden sistemático. Cualquier sistema material es capaz de memorizar y retener el historial de las incidencias propias de su entorno afectado y su entorno es infinito. Así es que todo conjunto cerebral es capaz de retener de forma ilimitada esas incidencias infinitas de su entorno. Sin embargo. el dominio y control de su estructura biológica, es aun limitado ante los para la inteligencia humana. La comprensión de sus elementos primarios ha de iniciar por el dominio del conocimiento de la comunicación y almacenamiento de información, para ello se precisa del dominio de los mecanismos de transportes electroquímicos y ondulatorios y la forma en la que se ordenan o arreglan al ser impactados. El dominio de estos conocimientos demanda el conocimiento de las profundidades electro-bióquímicas de las moléculas que se mueven transportando las informaciones procesables y las procesadas, llamados "neurotransmisores". Dominar este conocimiento no puede imaginarse como labor espontánea sin la intervensión de una estructura académica de ciencias fisico-química-biológica-matemática con dedicación y tesón sin límites.
Toda la materia del Universo reconocido por el hombre, sigue un orden sistemático. Cualquier sistema material es capaz de memorizar y retener el historial de las incidencias propias de su entorno afectado y su entorno es infinito. Así es que todo conjunto cerebral es capaz de retener de forma ilimitada esas incidencias infinitas de su entorno. Sin embargo. el dominio y control de su estructura biológica, es aun limitado ante los para la inteligencia humana. La comprensión de sus elementos primarios ha de iniciar por el dominio del conocimiento de la comunicación y almacenamiento de información, para ello se precisa del dominio de los mecanismos de transportes electroquímicos y ondulatorios y la forma en la que se ordenan o arreglan al ser impactados. El dominio de estos conocimientos demanda el conocimiento de las profundidades electro-bióquímicas de las moléculas que se mueven transportando las informaciones procesables y las procesadas, llamados "neurotransmisores". Dominar este conocimiento no puede imaginarse como labor espontánea sin la intervensión de una estructura académica de ciencias fisico-química-biológica-matemática con dedicación y tesón sin límites.
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