La conformación de un lenguaje parte originalmente de movimientos signóticos adoptados y asumidos convencionalmente entre por lo menos dos individuos. De esas convenciones originales parten las demás construcciones que siguen ajustándose a las inteligencias comunes entre el colectivo sobre el que se desarrollan las necesidades de esa comunicación. La suma de esos esfuerzos genera un cierto nivel de elasticidad sobre el que se tienden a generar gradaciones en la resilencia del fenómeno comunicativo que se desarrolla.
Los grados de resilencia mueven a derivar en nuevos sistemas de comunicación, adoptándose así nuevos signos y nuevos conjuntos entre distintos grupos de individuos, separados por los giros de sus necesidades distintivas, ocasionales, biológicas, ambientales, defensivas, en fin, vitales en general. Para llegar a conformar un sistema de entendimiento común, tal como el científico, es preciso, entonces, que se llegue a convencionar para aceptar signos comunes, muy precisos, siguiendo un sistema lógico propio de una estructura de comunicación mucho más compleja.
Tras esas convenciones se adoptan signos comunes para concebir ideas, por ejemplo, de unidades primarias como el átomo y sus demás partes subatóicas. Logradas estas convenciones les es posible a los humanos, establecer fundamentos para decidir de forma lógica aceptable entre los demás individuos de la comunidad constituida, términos como "proximidad", "posición", "medida", "superficie", "primario", "origen", etc...
Estos términos primarios nos pemiten construir otras signos más complejos para lograr y dejar establecida alguna forma de comunicación desde las más elementales necesidades propias de la sobrevivencia biológica hasta las más complejas deducciones lógico-matemáticas y demás precisiones científicas, a partir de arreglos convencionales que en matemáticas elementales suelen conocerse como "lemas".
A partir de estas unidades convencionadas que no precisan de nuevas precisiones, partimos para dejar establecidas las proposiciones mucho más complejas. Al decir, por ejemplo, que "todos los fenómenos naturales son el resultado del estado inicial de las variables envueltas en el fenómeno considerado", el reclamo de una demostración matemática o descripción metodológica más elemental, es negarse al conocimiento y reconocimiento del valor de los signos comunicacionales propios de los elementos científicos más rudimentarios, cuando menos al considerar el léxico propio de la termodinámica como ciencia derivada de las propiedades físicas y matemáticas.
Términos como "estado", "materia" "condiciones" "inicial", "variable", "constante", "ecuación", "logica", "valor", etc... son considerados como signos primarios a partir de los que construimos las proposiciones más complejas. Pretender que los mismos sean sometidos a revisiones metodológicas previas, es pretensión inútil.
El método científico, aprovecha estos signos para construir sus proposiciones lógicas, sean estas puramente matemáticas o lógicas signóticas. Ninguna demostración ni aplicación metodológica científica se precisa para afirmar que "todos los fenómenos materiales siguen a las condiciones del estado inicial de las variables implicadas en el fenómeno considerado".
No, Profesor, esa es una proposición con valor de lema fisico-matemático que no precisa de más definiciones que las convencionadas previamente en el lenguaje científico en el que se sustenta la variante de la Fisica conocida como "Termodinámica". Esta, que pasa a ser LA MAMÁ DE LA BIOLOGÍA Y TODAS SUS CONSECUENCIAS DERIVADAS COMO EL PENSAMIENTO, LA MEMORIA Y LA INTELIGENCIA.
Los grados de resilencia mueven a derivar en nuevos sistemas de comunicación, adoptándose así nuevos signos y nuevos conjuntos entre distintos grupos de individuos, separados por los giros de sus necesidades distintivas, ocasionales, biológicas, ambientales, defensivas, en fin, vitales en general. Para llegar a conformar un sistema de entendimiento común, tal como el científico, es preciso, entonces, que se llegue a convencionar para aceptar signos comunes, muy precisos, siguiendo un sistema lógico propio de una estructura de comunicación mucho más compleja.
Tras esas convenciones se adoptan signos comunes para concebir ideas, por ejemplo, de unidades primarias como el átomo y sus demás partes subatóicas. Logradas estas convenciones les es posible a los humanos, establecer fundamentos para decidir de forma lógica aceptable entre los demás individuos de la comunidad constituida, términos como "proximidad", "posición", "medida", "superficie", "primario", "origen", etc...
Estos términos primarios nos pemiten construir otras signos más complejos para lograr y dejar establecida alguna forma de comunicación desde las más elementales necesidades propias de la sobrevivencia biológica hasta las más complejas deducciones lógico-matemáticas y demás precisiones científicas, a partir de arreglos convencionales que en matemáticas elementales suelen conocerse como "lemas".
A partir de estas unidades convencionadas que no precisan de nuevas precisiones, partimos para dejar establecidas las proposiciones mucho más complejas. Al decir, por ejemplo, que "todos los fenómenos naturales son el resultado del estado inicial de las variables envueltas en el fenómeno considerado", el reclamo de una demostración matemática o descripción metodológica más elemental, es negarse al conocimiento y reconocimiento del valor de los signos comunicacionales propios de los elementos científicos más rudimentarios, cuando menos al considerar el léxico propio de la termodinámica como ciencia derivada de las propiedades físicas y matemáticas.
Términos como "estado", "materia" "condiciones" "inicial", "variable", "constante", "ecuación", "logica", "valor", etc... son considerados como signos primarios a partir de los que construimos las proposiciones más complejas. Pretender que los mismos sean sometidos a revisiones metodológicas previas, es pretensión inútil.
El método científico, aprovecha estos signos para construir sus proposiciones lógicas, sean estas puramente matemáticas o lógicas signóticas. Ninguna demostración ni aplicación metodológica científica se precisa para afirmar que "todos los fenómenos materiales siguen a las condiciones del estado inicial de las variables implicadas en el fenómeno considerado".
No, Profesor, esa es una proposición con valor de lema fisico-matemático que no precisa de más definiciones que las convencionadas previamente en el lenguaje científico en el que se sustenta la variante de la Fisica conocida como "Termodinámica". Esta, que pasa a ser LA MAMÁ DE LA BIOLOGÍA Y TODAS SUS CONSECUENCIAS DERIVADAS COMO EL PENSAMIENTO, LA MEMORIA Y LA INTELIGENCIA.
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