Al fondo de tu bolso espiritual llega mi alma a buscar refugio
Polizonte sordo a murmullos, arrebatos y bullicios de brisas
Recóndito y sereno, advertido guardian de tus horas y dichas
Sonrío a tus felices momentos, brindo a la frescura de tus ramas
Azahares iluminados, encarnados en la pureza de tu adolescencia
Salud del viento y de las aguas mañaneras del río que mojara
La ternura de tus eróticos acentos de virgen y madura pomarosa
Que flotara al reluz del alba anunciadora de tu despertar a mujer
Registro de sabueso con olfato de hambriento cachorro en celos
Rindo ante El Cielo y el mundo mis cultos sinceros a tu nombre
Pasado, presente, a las lunas de las noches urgidas por hallarnos
Fundidos en la última y eternal cendra signada al calor del amor.
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