jueves, 20 de septiembre de 2018

VALOR PAREJO DE LAS DIVERSIONES

En ocasión correspondiente a una de las encuentros que solíamos motear como "horas extras", se le dió extensión a una referencia hecha por un profesor que había comentado con expresión penosa el hecho de que en nuestra sociedad se exaltara, promoviera y se premiara con exageradas concesiones monetarias (poder sobre privilegiados bienes y servicios), a personas "cuyo único  aporte  a la sociedad" sería el darle un toletazo a una bola cubierta de cuero de becerros. Al bien estimulante de los refrescos cabónicos aguados con agua helada y otros nobles bautizos, siguieron las teorías morales, deontológicas y filosóficas sobre el valor de la mal apreciada conducta profesional según el consenso mayor de aquella enjudiosa sesión. Pasaron por las mallas de aquellos tamices nocturnos los ejercicios artísticos tan nobles como la ejecución magisterial de las sinfónicas, las ejecuciones artísticas instrumentales de la música, las danzas, la literatura, la pintura, las ciencias las profesiones de las guerras y hasta las labores servidas en favor de la salvación de las almas. Surgieron las inevitables versiones que solo enroscan contrarias a los espines siderales comunes. Esas versiones aducían que era preciso establer un parámetro sencillo, aceptable, compresnsible fácilmente que permitiera medir dichos valores. Saltaron los primeros argumentos.

Versión meditada, madura y bastante sobria de uno de los contertulios, muy culto sosegado y de libación muy comedida:  " el perfeccionamiento de la música clásica demanda tiempo, inteligencia, dedicación sistemática, sensibilidad artística, esfuerzo profesional y nobleza de espíritu, por ello la gente educada en apreciación musical, lo percibe, lo mide y lo aprecia en justo valor así que al reconocerlo la gente de buen gusto, lo aprecia y lo paga, Una excelente ejecución sinfónica hace como elevar el alma al cielo".

Versión de respuesta de uno de los contertulios "contrarios": Si el éxito y la calidad artística se mide por la demanda de los consumidores, la bachata, el rock and roll  y el dembow merecen ser los mejor reconocidos, mundialmente. Su capacidad de entretenimiento al mayor número de personas es lo máximo. Si el tenor más fino del mundo no concita el favor de la atención del público, su arte es fracasado. Si el Rico Carty, en cambio movió millones de complacidas adhesiones su rendimiento es obviamente mucho más exitoso.

Los distintos modeladores consumían cada vez más hielo con sus bautismos hasta pasada la medianoche. Quedó pendiente y aun sigue pendiente el establecimiento de la escala  de comparaciones sobre los modelos y sus valores respectivos al tratar de ejercicios profesionales sobre diversiones, entretenimientos. y otras contribuciones sociales que entre las sociedades humanas generan algunas confusiones.

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