Cierto, ciertísimo es, que en la organización estructural de El Estado, se arman y desarrollan funciones que demandan con imprescindibilidad una racional formacion técnica, experiencia, inteligencia, tenacidad y coraje laboral. Tal es el caso de los ejercicios relacionados con los manejos del control de las finanzas públicas.
Estas constituyen, en cualquier sociedad moderna del mundo que comprende la cultivada civilización humana del momento, el esqueleto fundamental sobre el que se establece la dinámica de la vitalidad social. Bajo el marco gubernamental que conduce El Estado Dominicano amparado en sus arreglos constitucionales, una de las patas que soportan el tronco de cuerpo viviente, es la oficial Camara de Cuentas de la República Dominicana.
En los corrientes días, los créditos populares y mediáticos, dan muestras de una gran desdichada desconfianza en torno a sus ejecutorias, sometidas a dudas insistentes sobre todo su comportamiento institucional. Tan desmeritadas ha resultado su ejercicio en los últimos tiempos, que al parecer, ni siquiera ha acudido un número importante de voluntarios profesionales dispuestos a ser escogidos por el Poder Legislativo Dominicano, que es la rama de Estado Dominicano, llamada a seleccionar el cuepo que ciudadanos que deberá conformarla, una vez cesen en sus funciones los acuales incumbentes, en ejercicio.
De nuestros conocimientos mínimos, como ejercitante ciudadano, con ejercicio político, social y profesional, me he atrevido a escribir para externar mis pareceres públicos, mis apreciaciones, mis utopias y convencimientos, en cuanto algúna forma del decir público me lo haya permitido.
En tal virtud, he expresado en algunas ocasiones, que uno de los personajes dominicanos, de reconocido ejercicio publico profesional que, -ante mis consideraciones-, bien ejercería, la conducción de una oficina dotada y llamada a ejercer con máxima pulcritud ética, sería el Dr. Federico Lalane José, reconocido financista, académico, experimentado ex-Contralor General de la República.
Del mismo modo, en el mismo tenor de las acreditadas experiencias formación demandadas por dichas responsabilidades, me permito motivar a que sea presentado el nombre de Bruciano Remigio de Jesus, un academico, profesional curtido en la investigacion y práctica empresarial de la Ingeniería Financiera, experiencia de Estado y dilatado ejercicio privado, bajo una acendrada, templada y recia deontología técnico-profesional.
Yo invito a nuestros colegas, profesionales, legisladores y dirigentes sociales comprometidos con los ideales de la construcción de un Estado Dominicano, tecnicamente avanzado, moralmente rígido, a expresarse en torno a la consideración de nombres publicos así formados en la capacidad de servir, a que sean promovidos y sustentados ante los responsables de hacer las correctas escogencias de funcionarios dotados de valores modelos como los que acabo de nombrar.
jueves, 22 de octubre de 2020
CÁMARA DE CUENTAS, BRUCIANO REMIGIO
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