sábado, 24 de octubre de 2020

COMPRENDER "EL CAPITAL"

 Leer "El Capital", obra cumbre del quehacer político y social del cientificismo político  materialista  moderno, es una tarea destinada a estudiosos lectores, dispuestos a enfrascarse cuerpo a cuerpo en las profundidades antropológicas y sociales, en general, pero, sobre todo, en todo lo que atañe a las relaciones del poder social que se acumula como organización del Estado como poder de hecho derecho, bajo el dominio propio de clases conscientemente contituidas. 


No obstante, la tesis general en la que se funda el texto minuciosamente detallado por el autor preceptor del masivo volumen de reportes teóricos, económicos y antropológicos en los que sirven la estructura general del texto, se vuelve cada vez más compleja en la medida que se ahonda en el carácter humanístico de la relación de poder. Una gran paradoja, compleja pero experimentalmente magnifica y efectivamente bien sustentada, demanda del lector-investigador-escrutador profesional una conceptualización, una preparación previa sobre la historia del feudalismo y su traspaso antropológico hacia la burguesia precapitalista y el capitalismo. 


Del mismo modo se hará preciso entender de modo igualmente previo a la profundización conceptual a la que se obligaría llegar, las teorías matemáticas que fundan los análisis de la monetización de la economía, vista esta, como una prótociencia social de la autoridad y el poder social que conceden los poderes materiales y militares. 


Si la lógica materialista que sutenta los conceptos de aquí derivados no tvieran que implicar el paquete de intrincadas relaciones algorítmicas, propias de las complejidades lógicas derivadas de los equilibrios de "prueba y error", que caracterizan los análisis de la "confianza", la Economía de Los Estados, a millones de estudiantes y políticos se les facilitaría muchísimo comprender las teorías económicas que pretendió explicar Karl Marx en "El Capital", sin embargo, ahí están esas cortas ecuaciones lógico-matemáticas, a prueba de diputados y poetas. poco digeribles. Tras todo lo concernido al humanismo que dio origen a las inquietudes sensibles del genial autor, está sembrada la inmutable semilla de la tradición religiosa de su ancestralidad. 


Descendiente y formado bajo la égida de los sentimientos humanistas propiciados por las ideas de la divinización abrahámica y mosaica, el joven Marx fue un sentimental ser despreocupado del demonio de la acumulación material y de la explotación del poder ejercido contra el campesinado de su clase, su familia, sus ancestros. Así que comprendió, con suma claridad, que un sistema desarrollado a costa del sudor y la sangre de los suyos, no sería superado a menos que surgiera una explosión radical, un cataclismo social, capaz de revertir el curso del Establecimiento que funciona siguiendo la ruta de la explotación de mano de obra masiva. 


La gran paradoja que citamos, parte, precisamente, del hecho que al parecer desdiría del carácter religioso de los sentimientos y las ideas del genial joven judío. Hoy, sin embargo, no es esta una materia de comprensión muy cómoda, porque los citados detalles del análisis lógico de la Economía de la Confianza, amerita la comprensión de una seria de argumentos lógicos, que pueden ser puestos en signos matemáticos y relaciones de agria digestión. 


Reitero, es una de las razones que vuelven tan compleja la comprensión cabal del famosísimo y fundacional texto, "El Capital", sin dudas, libro sagrado de lo que conocemos hoy como doctrina del "Marxismo". Francamente, quien no esté dispuesto a trasnocharse durante semanas, meses y quien sabrá, sino años, por lograr asimilarlo con su sabor y sus agruras, sepa, pues que, no es un caramelito de celosías de coco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario