Cierto. Ciertísimo es, que existe una infinitud de efectos físicos solo asimilables, en este momento del desarrollo de la física, mediante recursos matemáticos. Muchísimos de estos efectos, no les son posibles de ser asentados en la imaginación humana común. Aquí, en este momento, quizás deba rogar ante nuestros contertulios, que me libren de cualquier ínfula de expresión inadecuada, pero quiero contar para quienes puedan haber escuchado hablar de palabras o expresiones, como "magnetismo", "números cuánticos", "giro o spin cuántico" "fuerza nuclear débil", "fuerza nuclear fuerte", "niveles y subniveles electronicos", "saltos cuánticos" y un etcétera que incluye cientos de nombres raros correspondientes a propiedades, partículas, efectos, más y más pendejaditas correspondientes a las intimidades de la materia y sus interacciones, que muchísmas de las propiedades, entre las identificadas, sus efectos interactivos siguen siendo grandes desconocidos. De hecho, hemos de recordar que aunque el genio del inmenso Eistein pudo advertir la condición de propiedad ondulatoria de la fuerza de gravedad, aunque nunca alcanzó a probarlo, hace un par de años, dicha teoría ya forma parte del vademecum de certezas asumidas por el parnaso de científico, no obstante, ciertisimo es que la ingeniería que hace valer la utilidad humana del conocimiento, puede medir, calcular, aprovechar y en cierto modo, dominar el comportamiento de algunaspropiedades, pero aun no alcanza a conocer sus intimidades, como ocurre con el mismo magnetismo y los campos magnéticos de cualquier dimensión. Efectos tan útiles, calculados, medidos, probados y aplicados con resultados comerciales y humanos de tanta utilidad como resultan ser los medios modernos de la comunicación electrónica-digital, no son, sin embargo, del todo bien conocidos. El efecto que le confiere, por ejemplo, esa capacidad semiconductora que se aprovecha para convertir una combinación de tres semiconductores en una válbula de paso electrónico , "todo o nada", resulta hoy tan útil, pero su aplicación e utilidad, tan grande, tan valiosa no significa que se reconozca toda su intimidad. Incluso, fenómenos como el de los efectos genéticos generados desde la historia medioambietal de la concepción, son considerados, "caóticos", más bien por la incapacidad para predecirlos de la que aun adolesce la ciencia. Efectos como los de las señales feromonales que advierten a las plantas y animales, pueden caer en el mundo considerado hoy como "caóticos", por falta de formulaciones y predicibilidad, no porque nunca vayan a ser predecibles, sino, porque aun andamos muy lejos de dominar los conocimientos. Fenómenos como el de la Teoría de la Raqueta de Tenis, mejor pronunciado entre la gente afinada como "Efecto Dhzanivekov", de aplicaciones, hoy, tan trascendentes en materia de aviación y de exploración espacial, no fueron conocidos hasta "el otro día". Es así como Einstein, un gran impulsor de la Teoría de la Mecánica Cuántica, sin embargo, se negó a aceptarla como solución intima del comportamiento cosmológico ni el atómico, por considerar que la física-matemática no admite "hoyos cuánticos" ni incertidumbres. Efectivamente, las matemáticas, tal como hoy las conocemos, como hoy alcanza a asimilarla el pensamiento humano, no retiene espacios para dudas cuánticas. Solo que si, es cierto, ciertísimo, que para casi todos los fines útiles de la ingeniería humana (utilización y aprovechamiento técnico y teorico de las ciencias), la misma es valiosísima y lo será, en mi parecer, por unos cien años más. Sin embargo, soy uno más de los convencidos de que no caben huecos para el desconocimiento ni la incertidumbre materiales, para los creyentes ni para los no creyentes. Reitero, Dios no aceptaría su no conocimiento de sus asuntos, como tampoco la materia acepta contar con huecos no calculables.
Cierto. Ciertísimo es, que existe una infinitud de efectos físicos solo asimilables, en este momento del desarrollo de la física, mediante recursos matemáticos. Muchísimos de estos efectos, no les son posibles de ser asentados en la imaginación humana común. Aquí, en este momento, quizás deba rogar ante nuestros contertulios, que me libren de cualquier ínfula de expresión inadecuada, pero quiero contar para quienes puedan haber escuchado hablar de palabras o expresiones, como "magnetismo", "números cuánticos", "giro o spin cuántico" "fuerza nuclear débil", "fuerza nuclear fuerte", "niveles y subniveles electronicos", "saltos cuánticos" y un etcétera que incluye cientos de nombres raros correspondientes a propiedades, partículas, efectos, más y más pendejaditas correspondientes a las intimidades de la materia y sus interacciones, que muchísmas de las propiedades, entre las identificadas, sus efectos interactivos siguen siendo grandes desconocidos. De hecho, hemos de recordar que aunque el genio del inmenso Eistein pudo advertir la condición de propiedad ondulatoria de la fuerza de gravedad, aunque nunca alcanzó a probarlo, hace un par de años, dicha teoría ya forma parte del vademecum de certezas asumidas por el parnaso de científico, no obstante, ciertisimo es que la ingeniería que hace valer la utilidad humana del conocimiento, puede medir, calcular, aprovechar y en cierto modo, dominar el comportamiento de algunaspropiedades, pero aun no alcanza a conocer sus intimidades, como ocurre con el mismo magnetismo y los campos magnéticos de cualquier dimensión. Efectos tan útiles, calculados, medidos, probados y aplicados con resultados comerciales y humanos de tanta utilidad como resultan ser los medios modernos de la comunicación electrónica-digital, no son, sin embargo, del todo bien conocidos. El efecto que le confiere, por ejemplo, esa capacidad semiconductora que se aprovecha para convertir una combinación de tres semiconductores en una válbula de paso electrónico , "todo o nada", resulta hoy tan útil, pero su aplicación e utilidad, tan grande, tan valiosa no significa que se reconozca toda su intimidad. Incluso, fenómenos como el de los efectos genéticos generados desde la historia medioambietal de la concepción, son considerados, "caóticos", más bien por la incapacidad para predecirlos de la que aun adolesce la ciencia. Efectos como los de las señales feromonales que advierten a las plantas y animales, pueden caer en el mundo considerado hoy como "caóticos", por falta de formulaciones y predicibilidad, no porque nunca vayan a ser predecibles, sino, porque aun andamos muy lejos de dominar los conocimientos. Fenómenos como el de la Teoría de la Raqueta de Tenis, mejor pronunciado entre la gente afinada como "Efecto Dhzanivekov", de aplicaciones, hoy, tan trascendentes en materia de aviación y de exploración espacial, no fueron conocidos hasta "el otro día". Es así como Einstein, un gran impulsor de la Teoría de la Mecánica Cuántica, sin embargo, se negó a aceptarla como solución intima del comportamiento cosmológico ni el atómico, por considerar que la física-matemática no admite "hoyos cuánticos" ni incertidumbres. Efectivamente, las matemáticas, tal como hoy las conocemos, como hoy alcanza a asimilarla el pensamiento humano, no retiene espacios para dudas cuánticas. Solo que si, es cierto, ciertísimo, que para casi todos los fines útiles de la ingeniería humana (utilización y aprovechamiento técnico y teorico de las ciencias), la misma es valiosísima y lo será, en mi parecer, por unos cien años más. Sin embargo, soy uno más de los convencidos de que no caben huecos para el desconocimiento ni la incertidumbre materiales, para los creyentes ni para los no creyentes. Reitero, Dios no aceptaría su no conocimiento de sus asuntos, como tampoco la materia acepta contar con huecos no calculables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario