lunes, 26 de octubre de 2020

LEONEL Y LA INFLACIÓN

 Bien vale estimar de correcta la preocupación externada por el Ex-Jefe del Estado Nacional Dominicano, Leonel Fernández, relacionada con la tendencia inflacionaria que opera y se  desarrolla en el sistema económico-monetario-comercial.

Desde su posicionamiento político como dirigente partidario firmemente comprometido con reponer la masiva y necesaria adhesión popular que garantice la vigencia y permanencia de su influyente autoridad política, social y gubernamental sobre la República y mucho más allá de la misma.

 Sin embargo, también vale entender y apuntar, que al Dr. Fernández le sobra dominio sobre el conocimiento de la verdad que se cierne sobre el apretujamiento explosivo al que ha sido y sigue siendo sometido el flujo económico de la moneda nacional, que ya comienza a sufrir los pinches por donde han de brotar los chorros inflacionarios como fruto de la necesidad de repartir un altísimo volumen de papeletas cuyo valor queda obligado a palidecer por falta de esencial tintura concentrada, entiéndase, divisas firmes, pigmentadas bajo el peso de la firme producción de bienes y servicios transables, demandables por los mercados de intercambios, como serían la venta de servicios turísticos, la exportación de mano de obra remesadora, la explotación de mano de obra barata, irregularmente importada libre de reivindicaciones laborales distintas de su comprimido salario, productora de bienes y servicios para la construcción y el desarrollo de productos agrícolas exportables a través del consumo demandado por los estómagos y narices de los mercados de hopedajes divertidos, etc.

La preocupación del Ex-presidente, es justa, válida, real, pero inevitable, imposible de ser detenida, lo sabe  él mismo como lo saben sus asesores, los técnicos del Estado Nacional y lo sabe Dios, que, por el momento, todos los gastos de esta crisis, tendrán que ser repartidos entre los consumidores nacionales, y, como es natural, en nuestro sistema economíco monetario, laboral, capitalista, lo subvencionará el ensangrentado sudor obrero. Gracias al Creador que contamos con una casi inagotable fuente de labor semi esclavizada que será, sin dudas, la gran amortiguadora para cargar con el mayor peso aprovechable de las árganas soportadas a media remuneración.

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