viernes, 25 de octubre de 2019

JUICIO A LA RAZÓN, DICHARACHERÍA EN DEFENSA DE BARRABÁS

La razón, la verdad, lo cierto, constituyen paradigmas sensibles a los sistemas neuro-bioquímicos en los que hallan asientos ajustados siguiendo códigos de respuestas como llaves de combinación que abren los accesos a las armonías sincrónicas que el sistema interpreta como bienestar, comodidad, satisfación o felicidad. Estos paradigmas considerados, responden a procesos biológicos evolucionados durante millones de años.

Simplemente, responden a los paradigmas apreciados como lógica racional. Sin embargo, es válido recordar que lo racional, es decir, lo que parte de la razón, se refiere siempre a los valores establecidos en nuestro sistema de pensamiento con sentido de estabilización o equilibrio material. La Ciencia, como paradigma material que pretende fijar los marcos o límites de lo racional o material, no pasa, sin embargo, de ser eso, un paradigma fundado en los criterios de razón, verdad o certeza, aprendido y asimilado a través de los siglos por el pensamiento y la imaginación humana,

El paradigma científico, sin embargo, no debe percibirse como único, válido, siendo que los paradigmas que fundan funciones del pensamiento desbordadas del paradigma científico, aunque los percibamos, por lo general, como resultado de deformaciones sociales o psicológica, nada nos garantiza que su existencia es irreal, cuando en reaalidad, los paradigmas materiales de los que nadie me saca, no obstante, no pueden ser extirpados como inexistencia o absurdidez, sino, apenas, como enigma del conocimiento sobre el que bien haríamos si lo miramos con respeto y reflexión meditadora.

El JUICIO A LA RAZÓN,  desde mi modo de concebir desde el mirador de mi finca de dicharacherías, me obliga a pensar como juez pretendidamente, justo e imparcial, admitiendo que todo no ha sido dicho, Por el momento cualquier medida de cohersión contra la razón, la materia y la Ciencia, quedará supetitada a la opinión de gran Ministerio Público constituido por cualquier lector capaz de llegar hasta aquí, sufriendo este acoso dicharachero.

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