"....Existe algo más violento que el nacimiento natural de el ser humano..?."
Los efectos psicológicos generados en torno a cualquier evento biológico, son todos capaces de dejar memoria de su acontecimiento en cada hecho, momento o espacio de la naturaleza. Como es natural, la aparición de cualquier nueva estructura biológica, es así afectada por cada cambio o transición verificada en sus anexos. El nacimiento de una flor, una hoja, una nueva célula de ameba, de un virus o una pseudomona, implica una conomoción de trascendencia fundamental para la biología y todo el decurso de la materia. Del mismo modo ocurre cuando nace un ballenato, un niño humano, o una cabra montés. Cierto, ciertísimo es, que cada proceso conmociona el Universo. El cerebro humano se conmociona, se impacta, se transforma y da inicio a un nuevo e intenso incidente natural, cuando de pronto este se reinicia en gran parte de su confección y se abre a novísimos archivos y registros impactantes. Sin embargo, cuando se avance en las profundidades de los pasos que implican la recombinación de las moléculas de ADN que dan paso al nuevo proyecto biológico, anatómico como impacto cataclísmico que resulta de el encuntro entre el ovulo por fecundar y el espermatozoide fecundador, quedaremos en situación de fijar posición a favor o en contra de la trascendencia de un proceso o el otro. Esta disciplina académica recogida por el pensamiento hirviente de Berenice, es motivo de mucho afanar en medio de análiis bioquímicos, antropológicos y la psicología social del nacimiento y la concepción. Mucho material para su juvenil cerebro abierto como esponja a esa infalible capacidad de captación. Dios bendiga su capacidad para reflexionar más allá de primarias, Gonzalo y Leonel.
Los efectos psicológicos generados en torno a cualquier evento biológico, son todos capaces de dejar memoria de su acontecimiento en cada hecho, momento o espacio de la naturaleza. Como es natural, la aparición de cualquier nueva estructura biológica, es así afectada por cada cambio o transición verificada en sus anexos. El nacimiento de una flor, una hoja, una nueva célula de ameba, de un virus o una pseudomona, implica una conomoción de trascendencia fundamental para la biología y todo el decurso de la materia. Del mismo modo ocurre cuando nace un ballenato, un niño humano, o una cabra montés. Cierto, ciertísimo es, que cada proceso conmociona el Universo. El cerebro humano se conmociona, se impacta, se transforma y da inicio a un nuevo e intenso incidente natural, cuando de pronto este se reinicia en gran parte de su confección y se abre a novísimos archivos y registros impactantes. Sin embargo, cuando se avance en las profundidades de los pasos que implican la recombinación de las moléculas de ADN que dan paso al nuevo proyecto biológico, anatómico como impacto cataclísmico que resulta de el encuntro entre el ovulo por fecundar y el espermatozoide fecundador, quedaremos en situación de fijar posición a favor o en contra de la trascendencia de un proceso o el otro. Esta disciplina académica recogida por el pensamiento hirviente de Berenice, es motivo de mucho afanar en medio de análiis bioquímicos, antropológicos y la psicología social del nacimiento y la concepción. Mucho material para su juvenil cerebro abierto como esponja a esa infalible capacidad de captación. Dios bendiga su capacidad para reflexionar más allá de primarias, Gonzalo y Leonel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario