La Astrología es tratada en el mundo científico como superstición. Su historia está llega asociada a charlatanes truqueros, adivinadores sinvergüenzas y en tiempos modernos, muy relacionada con las peores conductas de timadores pillos socialmente muy mal acreditados cmo por ejemplo gitanos, faquires, etc..
Lo cierto, ciertísimo, es que la influencia del comportamiento de los astros con relaciones relativamente muy cercanas con la vida y demás incidencias materiales que concurren en el nuestro sistema planetario, está altamente influido por el comportamiento, precisamente, próximo a nuestro ambiente vital.
La influencia de la Luna en en todo el sistema de comportamiento de nuestra biosfera, no acepta objecciones, dada la inevitable incidencia en las componentes físicas que determinan la gravedad en cualquier momento en cualquier punto del Planeta Tierra y la relación biunívoca e interactiva existente entre ambos astros.
Lo mismo vale al considerar cualquier otro astro cuyas influencias se toquen con la gravedad correspondiente a la masa terrestre. Al referirnos a este ejemplo, queda sobrada cualquier explicación con respecto a las influencias del Señor Emperador del Sistema Solar: El Sol.
Así las cosas, nada nos desconecta de todo el conjunto estelar del que forma parte el minúsculo Sistema Solar en relación con su Matriz Galáctica. No merecen, por obvia, otras discusiones sobre sus influencias tan determinantes con respecto a todo el comportamiento interactivo del Sistema.
A partir de estas leves reflexiones, no nos resta otra que la admitir que las influencias astrales en torno al desenvolvimiento de todas las interacciones materiales en en nuestro planeta, y, sobretodo, en la biosfera colocada en torno al casquete que envuelve la masa terrestre.
Así es que la Astrología, desacreditada por falta de sistematización científica por parte de sus viejos practicantes, carentes de una formación rigurosa, en realidad no han andado tan perdidos, mejor diríamos que hasta ahora no han logrado potenciar sus estudios y prácticas como Dios en estos tiempos.
No obstante, en realidad, peor es la desinformación en la que nos hallamos los obsolescentes ex-estudiantes universitarios desconectados de los avances que sobre la materia hoy se han de estar extendiendo por todas las academias del mundo más civilizado de las ciencias.
La astrología ha ser tratada hoy como una profunda ciencia asentada en la recolección de estadísticas, física y mtemáticas propias de la astronomía, la psicología, anatomía y otros apoyos científicos.
Lo cierto, ciertísimo, es que la influencia del comportamiento de los astros con relaciones relativamente muy cercanas con la vida y demás incidencias materiales que concurren en el nuestro sistema planetario, está altamente influido por el comportamiento, precisamente, próximo a nuestro ambiente vital.
La influencia de la Luna en en todo el sistema de comportamiento de nuestra biosfera, no acepta objecciones, dada la inevitable incidencia en las componentes físicas que determinan la gravedad en cualquier momento en cualquier punto del Planeta Tierra y la relación biunívoca e interactiva existente entre ambos astros.
Lo mismo vale al considerar cualquier otro astro cuyas influencias se toquen con la gravedad correspondiente a la masa terrestre. Al referirnos a este ejemplo, queda sobrada cualquier explicación con respecto a las influencias del Señor Emperador del Sistema Solar: El Sol.
Así las cosas, nada nos desconecta de todo el conjunto estelar del que forma parte el minúsculo Sistema Solar en relación con su Matriz Galáctica. No merecen, por obvia, otras discusiones sobre sus influencias tan determinantes con respecto a todo el comportamiento interactivo del Sistema.
A partir de estas leves reflexiones, no nos resta otra que la admitir que las influencias astrales en torno al desenvolvimiento de todas las interacciones materiales en en nuestro planeta, y, sobretodo, en la biosfera colocada en torno al casquete que envuelve la masa terrestre.
Así es que la Astrología, desacreditada por falta de sistematización científica por parte de sus viejos practicantes, carentes de una formación rigurosa, en realidad no han andado tan perdidos, mejor diríamos que hasta ahora no han logrado potenciar sus estudios y prácticas como Dios en estos tiempos.
No obstante, en realidad, peor es la desinformación en la que nos hallamos los obsolescentes ex-estudiantes universitarios desconectados de los avances que sobre la materia hoy se han de estar extendiendo por todas las academias del mundo más civilizado de las ciencias.
La astrología ha ser tratada hoy como una profunda ciencia asentada en la recolección de estadísticas, física y mtemáticas propias de la astronomía, la psicología, anatomía y otros apoyos científicos.
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