Las diferencias entre las actitudes manifiestas en la conducta humana que se reconocen a partir del nacimiento de los niños, suelen depender, en primer lugar de los caracteres biológicos heredados a través de la composición molecular de los genes cargados durante la selección aleatoria o circunstancial según la ecología de la pradera anatómica en la que ocurre la concepción, seguida, del conjunto histórico y tempestuoso que el futuro ambiental depare durante todo el proceso en el que le toca desarrollarse a esa sociedad de complejas especializaciones industriales cuya coordinación general parte y se basa en el diseño del plano originalmente integrado por dos cotiledones perfectamente compatibles y ajustables a precisión divina. Completado el proceso teórico de instalación e iniciado el arranque, todos los ajustes correspondientes a factores ambientales, imprevisiones inevitables como demás decisiones autónomas propias del carácter aleatorio de la cuantificación en saltos materiales discretos de la sociedad y sus teorías cósmicas, marcan los arreglos y rendimientos finales del proceso puesto en marcha. Su vida útil como sus resultados han de depender siempre de tantos ajustes propios durante el histórico desarrollado.
De los productos finales, unos decidirán, según sus estructuras, por las competencias físicas ligeras mientras otras lo harán por las batallas de sumo nipón, grasa contra grasa. Otras decidirán sus placeres impulsados por los sonidos acariciados de la música, la poesía o la oratoria. Del mismo modo otras demandarán escuchar la explosiones estruendosas de las poderosas y fratricidas contiendas militares en asimétricos derroches de hormonales corrientes de adrenalinas y otras recompensas estimulantes. Ese poderosísimo conjunto de diversidades dará lugar a resultados de preferencias y satisfacciones tan variadas como el caso de guerreros sexuales animados entre si de todas las formas imaginables. Preferencias, deseos, gustos, complacencias reducidas, medianas, aumentadas, desde nulas hasta explosivas y contradictorias, de tantas formas como pares aritmétcos interactivos sea posible imaginar entre acciones creativas, artísiticas y productivas, aun las más incomprensibles como absurdas y alocadas, materialmente casi imposibles de ser pensadas como resultan las existencias de priones en la organización bioógica, las enzimas y los provirus tan cercanos en sus estructuras a lo más desanimado de la materia.
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