sábado, 27 de julio de 2019

DICHARACHERÍAS SOBRE DENUNCIANTES Y ANTÍLOPES

Existen muchas sociedades formadas para competir tanto en los ruedos políticos como religiosos, que fundan sus principios de luchas en la denuncia constante con respecto a sus contrarios.

 Esos estililos, muy guerreristas, establecidos como el fuerte dicho de la competencia que se verifica en el juego de ajedrez: "LA MEJOR DEFENSA ES EL ATAQUE AL CONTRARIO", con frecuencia extrema su fundamentalismo y pierde el balance del equilibrio entre la oferta y el arrebato. Las históricas luchas provocadoras de lesiones mortales a la humanidad, muchas veces han asentado sus motivos en las competencias denunciadora, diatribas y demásargumentaciones.

 Existe el recurso de la argumentación positiva. Esta, sin embargo, resulta por lo general, de efectos a más largos plazos, aunque a la postre, de efectos muchísimo más contundentes y de más largos plazos. Las denuncias sobre el comportamiento social ajeno que primero impactaron mi vida como truculencia muy  difícil de comprender, para mis escasos años de formación, los viví cuando siendo monaguillo con unos ocho años de edad, veía y escuchaba como algunas parejas de predicadores protestantes, se apostaban de noche, durante las horas del "Santo Rosario", a denunciar firmemente a la "ramera",

 Iglesia Católica (para mis oraciones, entonces, "La Santa Madre Iglesia Cristiana, Católica, Apostólica y Romana), a la vez que llamaban con todas sus fuerzas, al arrepentimiento, antes de la inminente llegada del Rey de Reyes, para ser juzgados, para evitar  ser condenados y arrastrados por el demonio hasta los eternos fuegos del infierno. No tenía yo idea de "la ramera", distinta  la designación de las culebritas verdes que cazaban ranitas rameras).

 Esas denuncideras, me resultaban incomprensibles, demoníacas y abusurdas. La riposta no siempre fue el silencio, algunas señoras avanzaban hasta las puertas y cantaban a galillo explotado: "fuera, fuera, protestantes, fuera de nuestra nación, que queremos ser amantes del Sagrado corazón. Viva la Virgen María y nuestra santa devoción,......". Luego aprendí mucho sobre las denuncias contra recién instalado regimen comunista de cuba y Fidel Castro.

Los misioneros cubanos, encabezados por el el Padre Franciscón, gigantesco como emulación del mismo Gilgamesh, nos contaban como en Cuba sacrificaban los ancianos para ser convertidos en abono para las plantas, los niños eran separados de sus padres para llevarlos a una isla a ser adoctrinados para el trabajo y luego eran llevados a cortar caña, todo para servir a las fincas de Fidel Castro y los comunistas. Los sacerdotes y monjas eran encarcelados y fusilados y nadie podía tener aboslutamente nada, ni si quiera su propios vestidos,

El padre Franciscón era muy simpático y lo queríamos mucho. Nos enseñó muchas canciones muy agradables. Un estribillo  que espero nunca olvidar decía: "Fuego al cañón, fuego al cañón, para que respeten nuestro parrandón". Creo que no ha de existir uno que fuera niño escolar entonces que aun no la recuerde. Los encuentros con los niños eran solo por las tardes y las mañanas. Nos llevaban de la escuela a la iglesia.

Las arengas de los adultos duraban como hasta la media noche. Aquellas misiones fueron muy denunciadoras. Por cierto, por esos tiempos se produjo el debate Bosch-Lautico García, que también nos influyó mucho en torno al comunismo del ovejo, como solía llamarse en los medios de los misioneros cubanos.

Mi madre fue anti-comunista por que el comunismo era eso, la propia sociedad demoníaca, más que los protestantes. Mi padre fue anticomunista porque no permitían la libertad de expresión ni el derecho a la propiedad privada. Creo que he resultado más o menos antílope, que huye de las fieras y cazadores de antílopes.

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