LA historia de la filosofía arrastra consigo la historia cultural del pensamiento humano consciente. En ese proceso de millones de años de evolución, la materia,-salvo el bien opinar de los pensadores inclinados sobre las laderas de "El Diseño Inteligente" de los seguidores de Bertrand Russel, cierto, ciertísimo es. que existe un hueco histórico de difícila pretensiones por ser llenado.
Materialmente, hemos de negarnos a descartar las teorías que relacionan el el tiempo, sus idas y venidas, mediciones cuantificadas etc...pero lo cierto, ciertísimo, es que por el momento histórico que del conocimiento científico nos ha correspondido vivir, existir, ser, poquísima es la correspondencia que como seres alcanzamos a difrutar sobre los planos en los que al parecer nos corresponden.
Revolviendo al asunto primario, a la historia misma de la Filosofía como argumento cultural, algunos detalles de nuestra materialidad biológica, por ejemplo, nos conminan a unos desafios mortales, como son los de la preservación, continuación, valoración, etc.. de la vida misma.
Tierra, cultura, biología social, vida, tierra y pensamiento. Materialidad pro-eterna, pensamientos, espiritualidad, cosmología material y demás hormigueos, andubieron cosquilleando las inquietudes casi sobrenaturales de Sócrates, Epicuro, Confusio, Platón, Einstein, Stephen Hawkings (...Je, je ....y creo que hasta los dos Diógenes dominicanos, han deambulado, medio al desnucarse tra esos juguetes nocturnos...).
Uno de los fangales en los que suelen chapotear estos raros gusanos de mariposas, aparececen de vez en cuando, salpicados bajo los signos genealógicos de poder humano. Casos rarísimos saltan como por azar estadístico: Marx, Nietzsche y algunos otros mostruos compatibles, suben a estremecer el pensamiento común. Nosotros, los humanos comunes, apenas alcanzamos a rumiar y chillar como insectos aplastados bajo el peso de nuestras felices ignorancias, por la que siento que merezco dar gracias humanas.
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