Regalada virtud, premio del Universo, fue nuestro encuentro
Florecido de en un ser iluminado por las gracias de nuestro amor
Encarnado en tu vientre pefecto como divino, limpio y puro
Sol que a nuestras ansias trajo la oruga encendida en tus colores
De mujer enternecida por los respiros de luz plantada en la vida
Dulce razón de la mariposa que juega a ser feliz en su jardín
Somos el bosque sembrado para alimentar su resplandescencia
Mar abierto a su felicidad colgada aun a tus propios hombros
Eres mi espera, presente y futuro de brisas frescas del amanecer
Renovado y cierto llegado al amparo del amor siempre en vigilia.
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