jueves, 19 de septiembre de 2019

SOBREILLUMINADOS Y LA INTELIGENCIA INFINITA

Imaginar absurdos ha sido un ejercicio común del cerebro humano (y quizás hasta de otros animales, de los que no contamos medios para enterarnos). Los más calenturientos terminan convertidos en genios, poetas o como sobreiluminados psiquiátricos.

 Tras los caprichosos instintos divinizantes de los que dan cuenta los Ingenieros enloquecidos por las descontrucciones analíticas de las moléculas portadoras del los divinos arsenales genéticos, el síndrome o mal psiquiátrico de la sobreiluminación, a veces debo alejarlo a cañonazos en ráfagas de coprolitos terrenales, para lograr sobrevivir en el mundo de las verdades.

Desde hace como cuarenta años, me acosa la idea de que la inteligencia humana se mueve en el sentido de pretender llevar su cuerpo a un estado físico mínimo, en la medida que su cerebro continúe resolviendo reducir los innecesarios servicios de una estructura muscular y ósea, excesiva.

Del mismo modo, cada órgano, masivo, voluminoso, habría de reducirse a rendir con muchisima mayor eficiencia en la medida que sus funciones se hacen más inteligentes y precisas (como pretenden ser las palabras y párrafos de algunos escritores más efectivos).

Si esa tendencia siguira el curso lógico matemático al que la llevaría su proyección (imaginemos que todas las funciones físicas de todas las necesidades pretendidas por los humanos, las cumplen los robots que didseñan y construyen robots concebidos por la sobremultiplicada inteligencia centrada en el minúsculo cerebro humano), sería sencillamente al límite cero.

 Alcanzada esa composición fisica nula de la inteligencia humana. nos quedará algo así como el saborcito de ser dioses inmateriales.

Por mi parte, creo que antes me diligenciaré una cita con el hijo locólogo de quien fuera nuestro amigo, Juan Bosco Guerrero, porque ya comienzo a percibir un raro prurito que me incita a pensar en que si los chips de memoria siguen reduciéndose físicamente en la medida que se dispara también su capacidad memorística, mi endiosamiento me llevará a estallar antes de terminar estas líneas. 

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