martes, 10 de septiembre de 2019

PROLOGO 2DO

VERACIDAD EN LA COMUNICACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN

DON TOMÁS BOBADILLA, AUTÉNTICO FUNDADOR DE LA NACIONALIDAD DOMINICANANA

La comunicación veraz de los hechos relatados tras el objeto de la reconstrucción de la historia, frecuentemente es sometida a procesos y fuerzas deformadoras, unas veces generadas bajo el peso de subjetivos jucios preestablecidos a partir de valores acendrados en el imaginario del relator como consecuencia  imposiciones culturales viciadas al amparo y determnación de naturales revanchas materiales, intereses mediáticos y competencias materiales, aun siendo que, algunas veces ocurre que el investigador pudiera tratar de lograr propósitos profesionales con recta y plena integridad moral  pero es acosado inconscientemente por las pasiones asentadas en retorcimientos socializados a través de su educación, formal tradicional.

Cuando el investigador social adquiere consciencia de la probabilidad de que esos tránsitos de lo objetivo a lo subjetivo pueden ocurrirles, hace los máximos esfuerzos por cruzar sus informaciones, buscando someterlas a procesos de contrastaciones lo más rigurosamente posibles desde donde procura desfalcar los perniciosos entuertos y atropellos contra la veracidad de los hechos históricos, objetivamente reconstruidos al amparo del tesón científico y el culto deontológico a la lógica del objeto social y humano.

Sin embargo, si los lectores de sus informes o relatos son sometidos a compulsiones insensatas de lectores, precisamente demasiado afectados por las consecuencias de aquellas citadas valoraciones preestablecidas en sus mentes como fruto de deformaciones emocionales aprendidas o cultivadas bajo el impacto de incidencias marcadoras, resulta que las interpretaciones que harán los clientes o lectores de los informes y relatos recibidos, no podrán ser asimilados con la fuerza de objetividad procurada, ya que los tatuajes de sus prejuicios les impedirán apreciar el valor de los esfuerzos  hechos tras la realidad de los hechos concernidos.

Por lo general, el investigador suele ser sometido a la duda contraria a la objetividad del trabajo sin importar la veracidad confirmada de los mismos. Las anécdotas contadas en torno a la Historia de las Ciencias, huelgan desde todos los tiempos. Muchos investigadores han llegado a pagar con sus propias vidas las "culpas" aculadas sobre descubrimientos y  relatos sobre verdades tan fuertemente escondidas hasta un momento de la historia, que su desvelización llegó a considerarse como profanación mortal contra el mismo Dios.

En los días presentes y corrientes, en República Dominicana han salido a relucir hechos históricos que parecen someter a sus escrutadores más conspicuos, a la tiranía de la duda sobre sus intenciones que como investigadores acogidos a los metodos más objetivos del desenterramiento de la verdad histórica. Tal es el caso del investigador Manuel Otilio Pérez, un académico formado en los metodos propios de ciencias duras como las matemáticas y la física, instrumentos que le habrian facilitado los densos criterios profesionales y las rutas del acorralamiento de variables bajo procesos de seguimientos dificilmente comprendidos por historiadores y huamnistas regulares.

Este investigador ha arribado al espectro de la investigación histórica a desenmadejar las complejas medidas políticas seguidas por el procer de la Independendia Nacional Dominicana, Don Tomás Bobadilla, primer mandatario de la entonces recién constituida República Dominica, cuyo nombre, hasta hace menos de un lustro, ha sufrido de los peores vejamenes como supuesto "traidor de la patria", dadas sus controversiales posiciones opuestas, muchas veces, a los movimientos políticos de Los Trinitarios, incluido, Juan Pablo Duarte.

Otro caso que hoy ocupa la atención popular de la ciudadanía dominicana, es el de la valoración histórica relacionada con el desarrollo económico de la sociedad y el Estado Dominicano, fundada en la explotación capitalista de la mano de obra importada desde el vecino Estado haitiano.

Todos los científicos de la economía que osan tratar de explicar ese proceso, son sometidos a toda clase de vejámenes bajo el peso de acusaciones e improperios desmedidos provenientes hasta de los mismos descendientes de esa misma obrería en la que se funda el explosivo crecimiento de la Economía del Estado Dominicano que durante los últimos cien años, ha provocado el cambio radical de la sociedad primaria dominicana a un estadio de precapitalismo.


Me entusiasma y enorgullece la idea de involucrarme en proyectos humanos en los que la civilidad tiende, procura y logra ajustar parámetros de equilibrio fundados en el conocimiento y reconocimiento ajustados a la verdad histórica como plataforma de exaltación a los valores que nos signan como miembros de la fauna natural de la que nos consideramos parte privilegiada al poder cultivar y crecer en la racionalidad como magno valor de virtud humana. Destacar, seguir, imitar y llegar a superar los valores acendrados por nuetra paternidad moral, política y social como hijos y ciudadanos de una Nación, nos compele, en primer lugar a conocer esos valores que atesoramos como legados de aquellos actores que nos precedieron.

Nosotros, dominicanos, fruto histórico reciente de varias congregaciones sociales, geográficas y raciales de interacciones muy accidentadas, bien hemos de hacer al depurar con celo, precisión, dignidad y prístina veracidad, nuestros íconos, mentores y precedentes, al escoger nuestros valores en el concierto vecindario tanto inmediato como más distante en tiempo y espacio.

Nuestra Historia política y social, como ha ocurrido en cualquier parrte y en cualquier tiempo en el mundo, ha sufrido los cortes, remedos y jalones propios de los intereses humanos naturales que signan el natural carácter humano forjado al fragor de luchas por la supervivencia biológica, social y mística en general como los ordenan los procesos racionales de nuestra existencia y constancia evolucionadora. Tergiversaciones e incorrecciones tras creaciones  místicas de fantasías, mitos, tendencias e insidias, han dejado una estela de dudas de difícil salvación factual de nuestra historia política.

Particularmente, sobre los hechos históricos que signaron el caracter independentista de las luchas escenificadas por habitantes de la Isla Hispaniola donde se desarrollaba la Colonia Santo Domingo, sobre quienes se extendió como gentilicio el apelativo de "dominicanos", se fomentó el sentiminto de separación política que por varias razones se convirtió en aspiración casi generalizada de la población. Así fue que se desarrollaron varios movimientos y surgieron liderazgos que estimularon e impulsaron de distintos modos y por distitas vías esas ansiedades por la imaginada y deseada separación.

 Uno de esos movimentos, entre los que sugieron con mayor entusiasmo a partir de la caida del gobierno de la República de Haití, encabezado por Jean Pierre Boyer,   fue el encabezado por Don Tomás Bobadilla y Briones, ciudadano cuya condición legal , lo signaba como nacional haitiano, lo mismo que a los demás criollos,  ya que estaba establecido en este lado Este de la isla.  Don Tomás Bobadilla se  hallaba entre los hombres más connotadamente dispuestos a enfrentar la conducción política impuesta desde Puerto Príncipe.

Asi fue que   encabezó y logró consolidar un Movimiento Unionista Separatista en el que reunió todas las tendencias sociales  inclinadas en sentido de alcanzar la separación política y adminstrativa de los pueblos establecidos en esta parte este de la isla, reconocida omo Haití Español, quienes estarían dispuestas a entregarse militarmente tras ese objetivo de la separación política y administrativa por la que propugnaba gran parte de estos habitantes de la parte este de la isla ya comúnmente apodados como "dominicanos".

Este movimiento gestado y conducido por Don Tomás Bobadilla, se manifestó y se alzó con la meta de recibir la autoridad sobre la conducción política y administrativa de esta citada parte de la isla, sobre la que de inmediato se declaró la independencia y soberanía como nueva Nación enmarcada dentro del consenso mundial.

Al momento de la declaración y proclamación de la nueva gesta de  Independencia Nacional,  protagonizada y pronunciada In Voce, por el mismo lider organizador de la misma, Don Tomás Bobadilla, ya este había producido, redactado y firmado junto a otros colaboradores, el texto de la declaración refrendado por 155 (cientos cinecuenta y cindo) firmantes, desde unos cuarenta días atrás. Este documento exhibe la estirpe revolucionaria y avanzado carácter humanista y civilizado del movimiento independentista que surgía, florecía y finalmente fructificaba.

A pesar de los logros alcanzados por las acciones patrióticas y políticas de Estado en general, protagonizados por Don Tomás Bobadilla, los sesgos emocionales, distintos a la objetividad del racionalismo aplicable a la investigación histórica, permitió que durante más de un siglo, la autenticidad del hecho histórico alrededor del connotado luchador y conceptualizador del Estado Dominicano, Don Tomás Bobadilla, haya sido retenida, deformada o negada, hasta haber convertido  el imaginario sentimental e intelectual dominicano en una expulsión, de negaciones y peyoraciones contrarias a la salud de la investigación materialmente verosímil y cierta.

Don Tomás Bobadilla, al concebir, redactar, firmar y proclamar la "MANIFESTACIÓN DE LOS PUEBLOS DE LA PARTE ESTE DE LA ISLA, ANTES ESPAÑOLA O DE SANTO DOMINGO, SOBRE LAS CAUSAS DE SU SEPARACIÓN DE LA REPÚBLICA HAITIANA", hizo entrar el proceso independentista dominicano en los anales mundiales de la conceptualización del Estado Moderno, política, administrativa y humanamente tratado.

Del mismo modo, la carta dirigida al Congreso Norteamericano a través del Senador Mr. Charles Sumner, constituye por si solo una nueva declaración patriótica de independencia de la República Dominicana, valiente y decidida, que vastaría para declarar el Nombre de Don Tomás Bobadilla, como Monumento Patriótico consagrado a la Independencia de la República Dominicana.

El proceso de investigación seguido por el autor de este libro, Don M. Otilio Pérez, ha logrado arribar a conclusiones materiales, objetivas, racionalistas, porque logra mantenerse libre de juicios premeditados, siguiendo los postulados concernidos en los más exigentes y precisos  acercamientos a los trazados materiales del mundo de las Ciencias fundados en la verificación objetiva, disecando los hechos con el afinado escarpelo escudriñador  del cirujano que entra al cuerpo vivo de la documentación histórica articulada y movida con certera mano de investigador.

El contenido que sirve al hecho histórico veraz y certero, liberado en este libro, llega a cumplir, quizás sin proponérselo, con un resarcimiento moral y ético, sobre la memoria trabada en los desencuentros   hubieron de tener lugar entre las ideas patrióticas, muchas veces brillantes,  y comportamientos a veces vaporosos y otras muchas, sin embargo, desencontrados con la realidad dura y agreste de las luchas independentistas conducidas bajo el mando gubernamental del mismo Don Tomás Bobadilla, como Jefe del Gobierno que caracterizó las jornadas triunfales contra las agresiones externas que insistentemente intentaron frustrar el hecho de la Nación ya erigida dentro del contexto de sus  fueros libertarios reconocidos nacional e internacionalmente, precisa y decididamente concebidos y estructurados bajo el auspicioso concepto de Estado Democrático orientado a las luces del pensamiento clara y firmemente bien forjado en la inteligencia de Don Tomás Bobadilla.

Los reiterados reconocimientos a esta verdad de insoslayable contundencia histórica, política y material frente a los hechos que condujeron a la declaración, mantenimiento y consolidación de la Independencia Nacional, encuentran asidero en las investigaciones documentales completadas por  Rodríguez Demorizi, Vetilio Alfau Durán, Joaquín Balaguer, Frank Moya Pons, Jean Price Mars, Juan Bosch, Jorge Tena Reyes, Roberto Cassá  y todos los más acuciosos investigadores cuyos aportes con frecuencia, tienden a citar y confirmar los hechos, aunque muchas veces tratan con tímida discresión el reconocimiento a las glorias que en justa y equilibrada medida le siguen adeudando en sus informes y conclusiones con las que cierran sus valoraciones sobre el lustrado personaje.

Cierto es, sin embargo, que la recopilación, ordenamiento y secuenciación de los hechos de mayor relevancia histórica en torno a la Independencia Nacional Dominicana, lograda tras la exahustiva investigacion documental y referencial llevada a cabo por Manuel. Otilio Pérez, bajo el auxilio del relacionamiento entre variables con diversos y aparentemente alejados valores, actitud práctica cultivada desde su condición de académico de las ciencias matemáticas e ingenieriles, le habría valido ventajosamente para develar relaciones entre los hechos que bien pudieran no serle igualmente claro a otros investigadores no acostumbrados a ese juego  de establecer relaciones entre variables cuyas apariencias no lucen relacionadas.

Cierto es que así llegarái el invstigador a descubrir las motivaciones que habrían impulsado los perros del descredito moral, social e histórico contra los actos triunfadores de uno de los más conspicuos dominicanos de todos los tiempos, como lo fue, por mucho,  Don Tomás Bobadilla y Briones, primer presidente de la primera Junta Gubernativa de la República Dominicana, quien como histórico Primer Mandatario que inauguró nuestra nacionalidad como dominicanos, ha de merecer todo homenaje a su nombre y memoria: Don Tomas Bobadilla y Briones, el más auténtico fundador de la Nación Dominicana, como lo afirma el propio autor Manuel Otilio Pérez Perez..

Finalmente, hemos de consentir el verificado reconocimiento de que a partir de la puesta en circulación de las investigaciones de  Manuel Otilio Pérez, servidas desde los tres textos publicados bajo los títulos " LA IMPRONTA INDELEBLE DE TOMÁS BOBADILLA, UNO DE LOS FUNDADORES DE LA PATRIA", y  "TOMÁS BOBADILLA, CREADOR Y ORGANIZADOR DEL ESTADO DOMINICANO", a cuyos aportes, como continuación de las investigaciones adelantadass, ahora se agrega este nuevo título: "TOMÁS BOBADILLA: PRAXIS COHERENTE DEL SERVIDOR PÚBLICO", dedicado el contenido de los tres  al proyecto de establecer la precisión de los hechos que culminaron con la proclamación de la República Dominicana y aportar a la historiografía nacional dominicana la recuperación de los hechos relacionados en los que felizmente se logra enderezar y ajustar con franca certeza la valoración de los hechos que muestran a Don Tomás Bobadilla en la justa medida de un procer de la dominicanidad, humano, materialmente terrenal, luchador valiente, capaz y honrosamente patriota, desprendido de mezquindades espirituales y materiales, tal que nunca buscó ni acumuló fortuna familiar ni personal, no obstante  los altísimos niveles alcanzados en la administración y establecimiento del Estado Nacional Dominicano.  

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