lunes, 11 de febrero de 2019

ALTAGRACIA JEAN JOSEPH

Los miedos, las indiferencias y los aislamientos operados frente a los procesos democráticos, estos que con sus cargas de defectos y vicios, propios de los intereses que los mueven en cada orden o sistema que sigue el dominio de determinadas clases, resultan ser el peor obstáculo hallado por los luchadores que buscan redimir de amarras a las poblaciones sometidas. Siempre surgirán metafóricas excusas para evitar ponerse al frente de los riesgosos sacrificios a los que se atrevieron Peña Gómez y otros: salir a desafiar desde las mismas bases del sistema, es decir, desde los forzados medios electoralistas, a través de los cuales se dan a conocer y se asientan en el imaginario colectivo, los nombres de los luchadores que pasan a constituir el liderazgo capaz de llegar hasta las entrañas del mismo poder, a pasos lentos pero sustentados en el tiempo. Peña Gómez, por ejemplo, nunca alcanzó a gobernar directamente El Estado Dominicano, sin embargo, sus ideas y métodos de lucha, alcanzaron a entronizarse en el imaginario colectivo dominicano de tal forma que hoy es mucho lo que le debe nuestra comunidad y grandes fueron sus aportes a través de los medios puestos a su alcance. Altagracia Jean Joseph como cualquier otro dominicano que busque gravitar de forma trascendente, bien haría si se involucra en cualquier instancia social que le permita acceder a las puertas de los poderes de El Estado, a través del sistema electoral, aun contando con la improbabilidad inmediata de acceder en los primeros intentos, a sabiendas de que se trata de ejercicios difíciles, caros y arriesgados pero trascendentales. Desde cualquier instancia en la que de a conocer sus ideas y deje gravitar sus influencias, siempre alcanzará mayor rendimiento frente cualquier causa defendida que desde la excusas y los miedos. 

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