Desde los remotos tiempos de la antigüedad bíblica, los líderes cultivados en cualquier sociedad de la geografía histórica mundial, aparecen los escuderos, unas veces como demonios malvados, envidiosos, rebeldes que llegan hasta la traición. Otras veces resultan ser cómodos, obedientes, despersonalizados, intrigantes y definitivamente recostados y entregados a la voluntad de sus amos. Una tercera versión, es uno que llega a ser leal, inteligente, capaz de asimilar las enseñanzas de su amo, sobre todo, paciente como abeja que espera su reinado solo al madurar su tiempo. Fueron famosos los asistentes que sirvieron de escuderos desde las historias de El Creador y Lucifer, Saul y David, Eliseo y Elías, y así llegamos hasta las fantásticas historias de caballería en las que aparecen como figuras imprescindibles del co-protagonismo operativo, la figura del ¨escudero¨. Desde los primeras historias que hemos conocido, mucho mejor que el clásico Don Quijote de la Mancha y su Escudero Sancho Panza, mejor recordamos las entusiasmadas historietas de baqueros, tanto desde las revistas gráficas como las denominadas novelas, a veces llevadas a la narrativa radial, los escenarios de teatro escolar y luego a la televisión. Así recordaremos a Alí y el Conde de Montecristo. Kalimán y Salin. Batman y Robin. Supermán y Luisa Lane, Red Rider y Castorcito. Cisco Kid y Pancho. Tom y Jerry, Pinky y Cerebro. Tarzán y la Monita Kala, Chanoc y Tsekub Baloyán, Balaguer y Pérez Bello. Chávez y Maduro. El Cardenal solía hacer un programa de Tv en el que se valía siempre de un sambá, En este muro, esa compulsión psicológica, necesaria que la vivieron siempre los "hombres fuertes", en cualquier parte y tiempo del mundo, suele aplicarla Melvin con un equipo que el selecciona y desencama de cualquier parte, desde La Romana hasta Eurasia y Oceanía. Quizás cada uno de nosotros pueda traer a la memoria sus propios Personajes. Existen miles de parejas en el mundo.
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