Muchos son los "sabios" religiosos que pretenden estar seguro de conocer, su origen, su tránsito y hasta su futuro. Es esta posición adoptada por la gente menos cuestionadora, menos empeñada en hacer preguntas, una fácil y hasta sensata manera de ser feliz, sin sufrir la necesidad suplir esos inciertos propios de las limitaciones que caracterizan el pensamiento humano. Cuando Frank Peña decida dedicar su tiempo de ocio a practicar los pasos y filigranas acrobáticas que conlleva el baile o danza de la bachata, dejará de sufrir los efectos de estos esfuerzos intelectuales que luego terminan obligándolo a acudir a tomar tisanas de hojas de Tilo. Si se mete a cristiano, sobre todo si lo hace por la ruta de los seguidores de Martín Lutero, uno de esos santos que ordenó masacrar unos cientos cincuenta mil campesinos judíos alemanes, nunca perdió su sueño, encontró el sentido de la vida por esa ruta y hoy es considerado El Padre del Cristianismo no Católico seguido por cientos de millones de poersonas en todo el mundo, sobre todo en Europa toda América, desde Alaska a Tierra de Fuego. Todos encontraron su sentido de la vida eperando subir en un carro de fuego hasta el reino de los cielos, como lo logró el Profeta Elías como recompensa por haber degollado 450 Profetas de la Oposición a su secta. Ese es el sentido que le recomiendo adoptar al propio Frank Peña.Yo mismo estoy convencido de que es mucho más cómodo y complaciente que pasárselas uno, como anda Berenice Ludovica, escudriñando cuevas, fosas y grutas desconocidas busando hallar algún demonio extraviado que los lleve a la condenación final. No. No es posible, a partir de los conocimientos y pardigmas sociales hasta ahora desarrollados por las inteligencias del hombre, hallar o definir con alguna certeza no religiosa, el origen, curso y finaldel hombre en el Universo, como no es posible definir ni conocer el origen, curso ni fin de El Cosmos. Mi personal y muy humilde parecer, enmarcado obviamente entre los límites de mi inteligencia más que humilde, muy restringida a la biología de mi herencia familiar, es que la Gran Inteligencia del Cosmos es única, libre del paradigma que nos agobia a todos, cicunscritos a la necesidad de pensar que todo cuenta con unos límites, un tiempo, un principio y un final. Todo porque nuestro pensamiento parte del diseño concebido para nuestras propias vidas que un día han de iniciar y otro día han de terminar, cuando no necesariamente así tenga que ser. Considero que alguna vez la inteligencia humana supere ese paradigma desde el cual a todo le asignamos.
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