lunes, 11 de febrero de 2019

DIOS Y LOS DADOS EN LA POESÍA
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En otros tiempos, los dados con formas no cúbicas eran empleados casi en exclusivo por adivinos y en otras prácticas ocultas, por ejemplo en Japón de utilizaba uno con forma de Dodecaedro regular y en cada cara se tenían grabados a los animales del zodiaco chino, el cual se utilizaba en principio como elemento místico y luego pasó a ser un elemento lúdico, pero recientemente se han popularizado en los juegos de rol y wargames.
Una de las teorías dice que en los viejos tiempos se hacían rodar los huesos para adivinar la voluntad de los dioses, y eso evolucionó convirtiéndose en varios juegos de dados. En Francia actualmente se utiliza un sistema adivinatorio basado en le lectura de 4 dados al caer, el cual el resultado obtenido se compara con una tabla de posiciones donde se establecen las respuestas.
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Albert Brommhead: "Los dioses se han aburrido de jugar a los dados"
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Albert Einstein: ""El azar no existe; Dios no juega a los dados."
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Stephen Hawking : "Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces también los arroja hacia donde no los podemos ver."
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Woody Allen: «Dios no juega a los dados...
Pero juega a las escondidas»
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Poema de CESAR VALLEJO.
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“Los Dados eternos”
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Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.
Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.
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“Una Tirada de Dados Jamás Abolirá el Azar”
Stéphane Mallarmé:
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Nunca
Aunque Lanzada En Circunstancias
Eternas Desde el fondo de un Naufragio
Ya sea que el Abismo blanqueado
quieto furioso
bajo una inclinación
plana desesperadamente
de ala
la suya vuelta a caer de antemano por una dificultad para enderezar el vuelo
y cubriendo los brotes
cortando al ras los saltos
muy en el interior resume
la sombra hundida en la profundidad por esa vela alternativa
hasta adaptar
a la envergadura
su boquiabierta profundidad en tanto que el casco
de un navío
inclinado hacia una o otra borda
EL PATRÓN fuera de antiguos cálculos
en que la maniobra con la edad olvidada
surgido
infiriendo antaño empuñaba la barra
de esta conflagración a sus pies
del horizonte unánime
que se prepara
se agita y mezcla
en el puño que lo apretaría
como se amenaza a un destino y los vientos
el único Número que no puede ser otro
Espíritu
para lanzarlo
en la tempestad
replegar su división y pasar orgulloso
vacila
cadáver por el brazo separado del secreto que detenta
antes
que jugar
como maníaco canoso
la partida
en nombre de las olas
una invada al jefe
fluya como barba sumisa
naufraga eso directo del hombre
sin nave
en cualquier
sitio vana
ancestralmente para no abrir la mano
crispada
más allá de la inútil cabeza
legado en la desaparición
al alguien
ambiguo
el ulterior demonio inmemorial
habiendo
de comarcas nulas
inducido
al viejo hacia esa conjunción suprema con la probabilidad
aquél
su sombra pueril
acariciada y pulida y devuelta y lavada
suavizada por la ola y sustraída
a los duros huesos perdidos entre las tablas
nacido
de un retozar
con el mar por el abuelo tentando o el abuelo contra el mar
una oportunidad ociosa
Esponsales
cuyo
velo de ilusión refleja su obsesión
así como el fantasma de un gesto
titubeará
encallará
locura ABOLIRÁ
COMO SI
Una insinuación simple
al silencio enroscada con ironía
o
el misterio
precipitado
aullado
en algún cercano torbellino de hilaridad y de horror
revolotea alrededor del remolino
sin alfombrarlo
ni huir
y le acuna el virgen índice
COMO SI
pluma solitaria extraviada
salvo que la encuentre o la roce una toca de medianoche
e inmovilice
en el terciopelo arrugado por una carcajada sombría
esa blancura rígida
irrisoria
en oposición al cielo
demasiado
para no marcar
exigüamente
cualquier
príncipe amargo con el escollo
se lo encasqueta como lo heroico
irresistible pero contenido
por su pequeña razón viril
fulminante
preocupado
expiatorio y púber
mudo reír
que
El lúcido y señorial copete de vértigo
en la frente invisible
centellea
luego cubre de sombra
una estatura amable tenebrosa de pie
en su torsión de sirena
el tiempo
de abofetear
con impacientes escamas últimas bifurcadas
a una roca
falsa morada
enseguida
evaporado en brumas
que impuso
un mojón al infinito
SI
nacido estelar
EXISTIERA
COMENZARA Y CESARA
SE CIFRARA
ILUMINARA
Cae
la pluma
rítmica suspensa de lo siniestro
sepultarse
en las espumas originales
no ha mucho de donde sobresaltó su delirio hasta una cima
marchita
por la neutralidad idéntica del remolino
SERÍA
de otro modo que como alucinación dispersa de agonía
brotando aunque negado y cerrado aparecido
al fin
por alguna profusión diseminada como rareza
evidencia de la suma por poco que una
peor
no
más ni menos
indiferentemente pero tanto como EL AZAR
ERA EL NÚMERO
NADA
de la memorable crisis
si no se hubiera
el acontecimiento llevado a cabo con vistas a todo resultado nulo
humano
HABRÁ TENIDO LUGAR
SINO EL LUGAR
una elevación corriente vierte la ausencia
inferior chapoteo cualquiera como para dispersar el acto vacío
abruptamente que si no
por su mentira
hubiera fundado
la perdición
en esos parajes
del baldío
en que toda realidad se disuelve
EXCEPTO
QUIZÁ
en la gran altitud
tan lejos como un sitio fusiona con más allá
fuera del interés
en cuanto a él señalado
en general
según tal oblicuidad por tal declividad
de fuegos
hacia
debe ser
el Septentrión también Norte
fría de olvido y de obsolescencia
no tanto
que no enumere
sobre alguna superficie vacante y superior
el choque sucesivo
sideralmente
de una cuenta total en formación
velando
dudando
rodando
brillando y meditando
antes de detenerse
en algún punto último que la consagre
Todo Pensamiento emite una Tirada de Dados
UNA CONSTELACIÓN.
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CIUDAD PENSADA
César Augusto Zapata-Santos
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Nadie tirará estos dados como edificios:
velos roídos por el viento.
Nadie andará ventanas con los pies sucios
y los ojos abiertos.
Nadie comerá este pan
que tardó de Dios en el día postrero.
Porque nadie queda para ponerse
la navaja debajo de la corbata;
nadie, en su felicidad de paracaídas,
abrirá los brazos al vértigo.
Todos en esta hilera hemos sabido
entrar por la puerta que se cierra,
huir y acecharnos en la noche
que nosotros, solos, hemos diseñados.
Rectángulo erigido para acallar bocas,
habitáculo donde comemos nuestros hijos.
Casa, ciudad, país, punto de fuga.
Ahora sé que nadie tirará los dados,
en esta libertad que nos concedes.
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Tira los dados
Charles Bukowski
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Si vas a intentarlo,
ve hasta el final.
De lo contrario no empieces siquiera.
Tal vez suponga perder novias,
esposas, familia, trabajos
y quizás hasta la cabeza.
Tal vez suponga no comer durante
tres o cuatro días,
tal vez suponga helarte
en el banco de un parque.
Tal vez suponga la cárcel, la humillación,
el desdén y el aislamiento.
Tu aislamiento.
Todo lo demás sólo sirve para poner
a prueba tu resistencia,
tus auténticas ganas de hacerlo.
Y lo harás.
A pesar del rechazo y
de las ínfimas probabilidades,
y será mejor que cualquier cosa
que pudieras imaginar.
Si vas a intentarlo,
ve hasta el final.
No existe una sensación igual.
Estarás sólo con los dioses
y las noches arderán en llamas.
Hazlo, hazlo, hazlo.
Hazlo.
Hasta el final.
Y llevarás las riendas de la vida
hasta la risa perfecta,
es por lo único que vale
la pena luchar.
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Deus ex machina
Jose Marmol
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:
Arroja tú los dados, Señor, te ha llegado el turno y es invierno. Arrinconado está el tridente, una piel de ceniza cubrió las cordilleras. Señor, he aquí el canto de la luz a ti debida, en la quietud del mar y discreción tan pura de la noche infinita. He aquí a tu hijo Elfuego, ardiendo con su tacto la superficie toda y al agua seduciendo con su lengua dorada. Ved aquí, Señor, su hermanastra Elalba, hierofanta líquida, posesa de las formas. Ellos narran en su tremendo idioma las celebraciones, la obediencia y el pecado. Arrójanos tú esta vez, Señor, la semilla y el varón de la especie más sana. No lo anuncies al azar, porque deviene llanto y se alza con el tibio rumor del pavimento, y otra vez se nos pierde, nos castiga, nos repudia. Que nadie sino tú, oh Señor, esgrima esta vez el cuchillo del jifero; madure un acorde cuando la vida cese y la lluvia limpie, sorpresiva, las caderas uncidas de los copulantes. Arroja tú los dados, Señor, te ha llegado el turno de lo ineluctable. Despídelos sin miedo de tu anchurosa mano, porque a los ocho lados la suerte nada espera, y hacia la muchedumbre y el desastre apunta el cielo. Arrójalos tú, Señor, te ha llegado el turno y es ardiente verano.
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Paulo Cohello
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"los diose juegan a los dados, y no preguntan si queremos participar en el juego. no quieren saber si has dejado a un hombre, una casa, un trabajo, una carrera, un sueño. los dioses no se fijan en el hecho de que tienes una vida en la que cada cosa está en su sitio, y cada deseo puede ser alcanzado con trabajo y perseverancia. los dioses no tienen en cuenta nuestros planes y nuestras esperanzas; en algún lugar de universo, juegan a los dados, y por accidente resultas escogido. a partir de ese momento ganar o perder es solo cuestión de oportunidad.
los dioses juegan a los dados, y liberan al amor de su jaula. esa fuerza que puede crear o destruir, según la dirección en que esté soplando el viento en el momento en que se sale de su prisión."

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