domingo, 10 de febrero de 2019

TESLA Y LAS COMUNICACIONES TELEPÁTICAS

A propósito de Tesla y sus predicciones sobre el futuro de las transmisiones de energía mediante las propiedades ondulatorias de la materia, la comunicación telepática entre humanos, se encuentra sometida a limitaciones de tipo biológico-anatómico, fundados en el diseño corporal. Los sistemas receptores de señales ondulatorias manifiestas como calor, sonidos, olores, capaces ser recibidas y convertidas en señales electromagnéticas procesables en interpretables por el sistema informático cerebral, anatómicamente carecen de la sensibilidad precisa para discriminar entre señales emitidas desde la lejanía, pues la biología evolutiva parece haber postergado ese nivel de afinamiento que, sin embargo, lo deja en códigos abiertos a la inteligencia propia de la biología del hombre. Así, pues, en este momento de la biología,  señales ondulatorias, viajeras ilimitadas, podrán ser captadas a distancia y percibidas sin necesidad de transformación y amplificación, pero, por el momento biológico que ocupa el ser humano en la cadena evolutiva, aun habrá de conformarse con la necesidad de un receptor artificial, hasta tanto la ingeniería genética logre modificar la capacidad de recepción de señales emitidas desde los cuerpos humanos distantes. Cuando un paquete de ondas de sonido, por ejemplo, sea así bien captada, esta conducirá todos los códigos precisos para leer hasta la realidad de su entorno inmediato, además de sus formas y estados generales. Tesla no tuvo límites en su imaginación. Einstein, sin embargo llevó su talento a tratar de ponerlo todo en fórmulas y números.

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