domingo, 10 de febrero de 2019

LA INCERTIDUMBRE CUÁNTICA

La incertidumbre cuántica de Heisenberg no es tan compleja. Si acordamos en que un electrón es un efecto presente en un espacio difusamente acotado, sus efectos límites resultan necesariamente dependiente de su interacción inevitable con respecto a todo el conjunto cosmológico de bordes infinitos o, mejor expresado, inexistentes por cuanto absolutamente cualquier espacio en cualquier tiempo queda obligadamente asimilado como parte de ese flujo pendular que funciona "como un reflejo tornasol" entre el tiempo y el espacio todo o nada. La inteligencia humana, microscópico reflejo especular del infinito y complejo dinamismo cósmico-material de esta Criatura Divina, alcanza así a comprender que la incertidumbre mecánico-cuántica no define un hueco inmaterial sino un simple efecto definido sobre probabilidades que pendulan desde la concentración infinita de materia que ocupa un espacio nulo hasta la difusión infinita que la hace extender del cero al infinito.

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