domingo, 10 de febrero de 2019

JUANA TINKESS (higinio báez Y julio ramírez)

Juana Tinkess nació en Canadá en 1934.
Bajo la orientación de la Congregación de Las Hermanas Grises, siendo adolescente, se inició en la vida religiosa católica donde halló el nido de su vocación en el sentido de entregar sus fuerzas vitales desarrollo  humano social y comunitario.



 Asi pasó a ser conocida institucionalmente  como Sor (Hermana) Juana de Arco, Fue asignada por su congregación para ejercer sus ambiciones espirituales juto a la misión establecida ya desde hacía algunos años en el municipio dominicano de  Yamasá, donde sirvió su dones con excepcional ahinco en diversas áreas de la formación urbana, la educación formal y otros múltiples aspectos culturales, deportivos y humanisticos.




Llegó a Yamasá en septiembre de 1958. No hablaba español, Muy pronto inició su labor misional laborando en dos tandas del Colegio Fray Pedro de Córdoba, de Yamasá.



En 1962, cuatro años después de su arribo, le fue encomendada la misión de fundar y conducir el  primer Liceo Secundario, el cual inició con el primer curso del bachillerato.

 Ella misma impartió, en ese año, todas las asignaturas.
Con un mínimo aportes de los padres. Tras la captación de nuevos profesores, gestinó el reconocimiento oficial del nuevo Liceo Secundario. San Martín de Porres.,


 Juana Tinkess tenía un compromiso y una conciencia social muy avanzados. La guerra civil de 1965, el asesinato del padre Arturo Mcckinnon, y toda la ola de crímenes y asesinatos del gobierno surgido posterior al conflicto, fueron consolidando sus compromisos y afianzando valientemente sus anhelos por una opción más decidida a favor de los pobres.

El Concilio Vaticano II, y su llamado a la opción por los pobres, devimo en un estímulo institucional desafiante que la condujo a un punto de inflexión que la condujo a la convencida decisión de dispensarse de sus compromisos institucionales y formales con la congregación religiosa a la que se acogían la dependencias  de sus labores.

Decidió desarrollar su apostolado cristiano desarrollando sus experiencia de trabajo frente a la orientación y organización de  mujeres campesinas.

Así, junto a su igualmente entregada compañera de afanes: María Tener, contando con el apoyo de sacerdotes como el Padre Antonio Camilo y el padre José Luis Lanz, de la Parroquia Cutupú, de La Vega. se dedicó al desarrollo de esas labores, cubriendo un perido  que duró nueve años ( 9 ),  desde 1971 hasta 1980. Lograron extender una obra de profundo contenido social y humano que tomó cuerpo en Asociaciones de Mujeres Campesina hasta convertirse las mismas en una Confederación de de Mujeres Campesinas.

Junto a María Tener, otra disidente, y estimuladas por los  padres Antonio Camilo, parroquia de Cambita y luego José Luis Lanz de la parroquia de Cutupú, La Vega, se insertaron en una obra de promoción social de profundo contenido social, económico y humano que tomó cuerpo en las Asociaciones de Mujeres campesinas; luego en federaciones hasta llegar a una gran Confederación campesina de mujeres.

Visitando diariamente a los grupos de mujeres asociadas, desarrollaron una labor de constante formación a la vez que crearon un sistema de cooperativas comunitarias. Afrontaron solidariamente la solución de problemas comunitarios precisos. Tras sus orientaciones sobre  millares de mujeres lograron afirmar la dignidad social de la comunidad, su voz y sus esperanzas.

Por eso, Juana y María son consideradas ideólogas tutelares del despertar a la civilidad social de aquellos parajes cuyo pasado parecía condenado al abandono secular, a la miseria,  y al silencio sumiso.

Juana Tinkess, con este libro, y otros que recogen retazos tangibles de su enorme obra espiritual y humana, entra sin discusión en las biografías de las grandes mujeres del mundo.

Hoy más que ayer

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