Quisiera abrir el vientre mismo de mi madre y sentarme justo en el lugar donde estuvo mi hermano
Justo en su momento, para ser justo él mismo. Aprender sus habilidades para confundirse con las frondas y las aguas de pozos y arroyos, sus lagartos, mariposas, yemas y semillas. Ser tan juicioso y prudente y llevar sus gafas escudriñadoras de cilios microscópicos en sus flores amanecidas, contar y medir los estambres, filamentos y células fértiles del ovario polinizado, en las carolinas, piñones y rosas. Quiero ser fumador de sus cigarrillos adolescentes, enrollar las hojas de sus tabacos de experimentos, sus orquídeas y hortícolas alimentarias. Quiero ser el dueño de su paciencia para soportar ser mi hermano, rezaar sus oraciones, enseñar sus enseñanzas y amar cada hilacha de mis atuendos roídos de tanto tratar de ser mismo él mismo, con sus sabios argumentos y sus arreglados viajes entre bosques y prados. Quiero enlodarme las manos, pies y vestidos como siendo si suplantara cada segundo de su entrega familiar, quiero estar en cada uno de sus papeles, de sus libros y sus documentos de identidad, dejar caer un cabello, en cada página de sus lecturas y de sus fantasías espirituales entregadas al amor de sus dioses y su descendencias. Quiero ser mi hermano fundidos en uno mismo en mis miedos, mis sustos y sus aciertos, celebrar sus glorias y sentir sus dolores, desde el principio hasta el fin.
Justo en su momento, para ser justo él mismo. Aprender sus habilidades para confundirse con las frondas y las aguas de pozos y arroyos, sus lagartos, mariposas, yemas y semillas. Ser tan juicioso y prudente y llevar sus gafas escudriñadoras de cilios microscópicos en sus flores amanecidas, contar y medir los estambres, filamentos y células fértiles del ovario polinizado, en las carolinas, piñones y rosas. Quiero ser fumador de sus cigarrillos adolescentes, enrollar las hojas de sus tabacos de experimentos, sus orquídeas y hortícolas alimentarias. Quiero ser el dueño de su paciencia para soportar ser mi hermano, rezaar sus oraciones, enseñar sus enseñanzas y amar cada hilacha de mis atuendos roídos de tanto tratar de ser mismo él mismo, con sus sabios argumentos y sus arreglados viajes entre bosques y prados. Quiero enlodarme las manos, pies y vestidos como siendo si suplantara cada segundo de su entrega familiar, quiero estar en cada uno de sus papeles, de sus libros y sus documentos de identidad, dejar caer un cabello, en cada página de sus lecturas y de sus fantasías espirituales entregadas al amor de sus dioses y su descendencias. Quiero ser mi hermano fundidos en uno mismo en mis miedos, mis sustos y sus aciertos, celebrar sus glorias y sentir sus dolores, desde el principio hasta el fin.
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